Un vecino se acercó a
Liliana, sabiendo que ella pertenece a la cooperativa argentina trabaja de
barrios de pie, para pedirle si podían darle una mano para hacer unos metros de
vereda ya que con tanta lluvia se acumulaba agua y era imposible caminar por la
misma. El tenía para los materiales y no tenia para la mano de obra. Ahí fueron
los chicos, con palas, baldes y cascotes armando pastones, el trabajo fuerte,
duró varios días, pero quedó hermosa, y la familia muy agradecida.
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